Los empresarios de transporte público de la provincia sentaron posición sobre la crisis del sector y solicitaron políticas de Estado para dar previsibilidad al sector. “Se han escuchado últimamente algunas expresiones sosteniendo que el transporte en Tucumán ‘está colapsado’. Lo que está colapsado es el transporte público en todo el territorio nacional, fundamentalmente en el interior”, expresó el vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat), Jorge Berretta.
En una extensa reflexión, expuso la situación de empresas, del Estado y de los usuarios, para plantear como conclusión lo que necesita el sector. “El sector empresario en Tucumán contiene a 56 empresas que operan en sociedades comerciales conformadas por 150 socios y una flota que supera las 1.200 unidades. Estos vehículos recorren 300.000 kilómetros diarios y generan una fuente de empleo para 3.500 trabajadores, legalmente registrados, estables, protegidos y sindicalizados. Todas las empresas revisten la categoría de Pymes, con residencia en Tucumán. Las empresas, que tienen regulado por los poderes concedentes tanto la oferta como el precio de los servicios, deben tener garantizados un ingreso que, entre el precio del servicio y los subsidios para compensar la tarifa, cubran como mínimo el costo de los componentes operativos. Pedimos previsibilidad”, planteó.
Expresó que el Estado, como en todo el mundo, fija una tarifa económicamente viable para quienes usan el servicio y que debe compensar con subsidios la diferencia entre el estudio de costos y la tarifa fijada. “Los estudios de costos presentados por Aetat, siempre respetando las estructuras metodológicas, habitualmente no son analizados, ni siquiera leídos. La asistencia al usuario, obligación del Estado, la dejan a cargo de las empresas. Esta carga se impone a las empresas y se sostiene con endeudamiento, descapitalización y precarización del servicio”, expuso. “Como conclusión, para garantizar un buen servicio es indispensable que las empresas sean sustentables en el tiempo, garantizando ingresos que alcancen a cubrir los costos. En este contexto, es incomprensible injusto e irresponsable proferir críticas al sector. La tarifa está totalmente desactualizada, se convive con el alza incesante del costo de los insumos. Si se opta por el sistema de Salta, se debe respetar el estudio de costos y subsidiar la diferencia hasta cubrir el costo total. Si no se respetan los conceptos, cualquier sistema colapsa. No es posible un buen servicio sin empresas sustentables”, finalizó.